Sueña con representar a México en lo más alto
Tiene 21 años y, por su experiencia, parece que ha vivido tres vidas.
Felipe Sebastián Morales Moya hoy vive en Leicestershire, Inglaterra. Ahí estudia Ciencias del Deporte en la Loughborough University, pero, como él dice, “la pelota sigue rodando”, y su sueño de vida sigue ahí, presente, día a día: “Ser jugador profesional y poder representar a mi país en el torneo más importante del mundo”.
No hay que descartar nada con Pipe. Se come el mundo a cada paso. Desde pequeño, sin darse cuenta, comenzó a vivir a tope.
Apenas daba sus primeros pasos, cuando empezó en FEMAC de las Águilas, cuando sólo tenía dos años. “Según mi mamá, me quedaba viendo el techo durante los partidos y cuando llegaba el balón nada más lo pateaba”, recuerda Morales.
“Después de FEMAC, me fui al Club France y de ahí a las fuerzas básicas de Cruz Azul. Luego, Atlético de Madrid en México, Elite Soccer Academy, Celaya y Atlético San Luis”. Si eso parece poco, cuando jugaba en los Toros y con los potosinos, “también jugaba con Intercups, entonces había veces que tenía tres partidos cada fin de semana”.
De ahí, a buscar sus sueños. “Después de Intercups me fui a Inglaterra a Buckswood School y luego al Dubai City FC”.
Con Intercups, Pipe, mote que se ganó en casa “porque mi hermana de pequeña no podia decir Felipe”, disputó la Gira Nórdica como jugador. Fue goleador implacable, pero, quizá, su momento dorado fue como entrenador, también de la Academia en la pasada Gira Nórdica, en la que ganó dos títulos: la Storsjöcupen y la Helsinki Cup.
Aclamado y recordado como “Piiipeeee”, la gira por Escandinavia fue una pausa a su cotidianidad. Aprovechó sus vacaciones en la escuela y fue a ganar.
Como jugador, la Academia y las experiencias en otros países le cambiaron la vida, “cambió mi mentalidad y mi manera de soñar”. Intercups también le dio otra perspectiva respecto de la dedicación hacia los jugadores. “Les diría que por algo Intercups es reconocido internacionalmente y que ganar estos torneos no cualquiera”. Y él es el ejemplo de ello.
Mientras rodaba la pelota en Piteå, Östersund y Helsinki, él, que, a la par de sus estudios también juega en la liga estudiantil de Inglaterra, tenía ganas de estar en el terreno de juego: “No hubo partido durante la gira que no tuviera ganas de jugar”, confiesa.
La escuela de Intercups fue bien asimilida como jugador y Pipe lo reflejó en otra faceta.
“Siento que como entrenador hay más preocupaciones, porque no sólo es el partido, sino también el bienestar de los chicos, la organización y la disciplina”. Morales Moya, joven, tuvo mucha cercanía con los jugadores. Generó confianza, pero también liderazgo.
Perseverante, como él se define, no sería raro verlo cumplir cada uno de sus sueños. Ha demostrado que no avanza sin dejar huella en cada paso y que, con su gen ganador, disciplina y carisma, puede llegar a donde quiera.
