Quiere ser un destacado ingeniero y viajar por el mundo
Sin darse cuenta, el Flaco Emilio Isaac Márquez Colín cumplió cachitos de sus sueños en la vida: por un lado, viajó, algo que busca hacer cuando sea un profesionista destacado y que ya tiene en mente a sus apenas 14 años; por otro, sigue haciendo currículum jugando futbol, ni más ni menos que en Europa.
A Emi le gustaría “trabajar con personas de cualquier nacionalidad y viajar por el mundo, le gustaría ser ingeniero”, cuenta su padre Hugo Márquez.
Aún le faltan años para comenzar una carrera, pero caminar a más de 9 mil kilómetros de casa y conocer una parte del planeta es un buen inicio.
“Es un orgullo y una satisfacción muy grande verlo enfrentarse valientemente a tantas circunstancias nuevas para él y unirse a jugadores nuevos y de más edad que él, para competir y cumplir el objetivo que se propuso de jugar en Europa”, agrega su papá.
Su principal motivador por el gusto al balompié de hecho llegó desde casa: “Desde muy pequeño lo tenía frente a la televisión viendo los mundiales y los partidos del América”.
Desde los cuatro años, Emilio ha pisado grandes escenarios de futbol. Ha tenido la oportunidad de jugar en diferentes estadios como el Azteca, el de Pachuca, la Bombonera de Toluca… y ahora agrega inmuebles europeos a su hoja de vida.
Maneja la mitad de la cancha. Es inteligente y sabe controlar el entorno. Tiene mente de ajedrecista. De hecho, a su corta edad, “ha participado tres veces en el torneo anual escolar, en los que ganó dos veces el trofeo de primer lugar y una vez el de segundo”, comparte Hugo Márquez.
Además de ser un gran ajedrecista, “Emilio es un excelente hijo y ser humano, cumple de manera sobresaliente con sus obligaciones. Es disciplinado en sus actividades académicas, en el deporte e, incluso, en su alimentación, además de ser noble y respetuoso con cualquier persona que interactúa, por lo que no es un sacrificio, sino una satisfacción compartir con él el resultado de tanto esfuerzo para tener los recursos necesarios para que él esté allá”, agrega.
Estar lejos viendo al Flaco no es sencillo para su papá y mamá, Irene Colín. Viven sentimientos encontrados: “Por un lado, se le extraña mucho y se tienen las preocupaciones normales de tenerlo tan lejos y por tanto tiempo, pero, por otro lado, todo eso se compensa y todo vale la pena cuando nos cuenta lo que está viviendo y se le ve en las redes sociales o en las transmisiones, sonriendo y disfrutando esta experiencia practicando su deporte favorito”.
Con su familia al otro lado del mundo, Emi ha formado otra en el Viejo Continente con Intercups. La Academia “es el soporte que tienen Emilio y su hermano Diego para complementar el desarrollo de su parte deportiva”, cuenta Hugo Márquez. “Destacaría de Intercups la posibilidad de ofrecer estas giras que sin duda son experiencias inolvidables para los chicos”, añade.
Emilio está ahora cerca de regresar a casa y de recibir el cariño de sus papás. Tendrá tiempo para platicar sus experiencias y, seguramente, las mismas lo marcarán para siempre, pase lo que pase en el futuro.
